sábado, 19 de enero de 2013

---> La casa ideal de Robert Louis Stevenson

Diagrama de la finca de R.L. Stevenson en Vailima. Samoa. Autor desconocido 1889



“No existen tierras extrañas. Es el viajero el único que es extraño”
 R. L. Stevenson


“Un hombre no debe negar sus capacidades manifiestas, porque significa evadir sus obligaciones”

R. L. Stevenson



Robert Louis Stevenson fue una persona de alma errante, imaginativa y viajera pero su cuerpo siempre estuvo aferrado al refugio que le ofreció el hogar, -“el hogar está allá donde esté el corazón”-. Stevenson jamás escribió en su casa ideal pero si la proyectó desde su propio interior como el lugar imaginado en donde crear sus quimeras y ser íntegramente uno mismo.

No nos engañemos, se trata de una conjunción inalcanzable para todos los mortales. Por su propia definición, la casa ideal solo puede imaginarse. Construirla es tarea de los sueños y, que para bien o para mal, estos no son de este mundo.

Un recinto ajardinado, como patria verdadera; un “diván-viajero”;  cinco mesas bien estructuradas; tan sólo una ventana al exterior; un amplio desván para asuntos ociosos y creativos; los libros de siempre, aquellos que no envejecen,… R. L. Stevenson proyecta su casa ideal para el cuidado y custodia de sí-mismo. Igual que una isla encierra un tesoro.




Justo Ruiz Granados

Madrid, 17 de enero de 2013 




Fragmentos de LA CASA IDEAL 1884 (1)

Por ROBERT LOUIS STEVENSON


“ Dos cosas son necesarias en cualquier paraje donde nos propongamos pasar la vida: soledad y agua.”


“… es posible disfrutar de la grandeza a escala reducida, pues el ojo y el espíritu utilizan medidas diferentes.”


“… un riachuelo es el mejor adorno de una morada”


“… la nacionalidad donde hayamos de vivir es lo de menos;  al fin y al cabo en el interior de un jardín podemos construir nuestro propio país.”


“… lo ideal consiste en encontrar un vetusto jardín, cultivado antaño con infinito esmero y sumido desde entonces en el abandono, e intentar, no reparar, sino mantener cuidadosamente ese abandono.”


“… el jardinero habrá de ser un hombre ocioso y con afición a la horticultura: un jardinero sesudo y laborioso falsearía el paisaje y uno atildado se meterá en donde no le llaman.”


“… una regla áurea aconseja cultivar el jardín con el olfato y el oído,… sin embargo el precio pagado por privar de su libertad a tan ardientes y aladas criaturas hará que este lujo sea demasiado caro para un amante absoluto del placer.”


“… una casa con más de dos pisos no es una casa, es un cuartel, la casa ideal es la de un solo piso.”

“… la casa puede ser pequeña pero las habitaciones grandes; una simple habitación de techo alto, espaciosa y bien iluminada es más señorial que un palacio atiborrado de cuchitriles y alacenas.”


“… una casa de dimensiones correctas y de caprichoso trazado es grata para el organismo.”


“… el recibimiento debería contar con abundante huecos y apartados, ya que estos son muy discretos lugares para conversar.”


“… una larga pared con un diván: pasar el día tendido entre un universo de cojines es tan placentero como viajar.”


“… el comedor:  desamueblado; tan sólo un aparador, una mesa, las sillas necesarias y una chimenea  de azulejos para el invierno.”


“… las paredes de los pasillos pueden estar totalmente cubiertas de libros... una chimenea y una ventana, tal vez la única de la casa.”


“… el estudio, el lugar de trabajo, con muros recubiertos de estanterías con libros, las cuales llegan hasta la cintura, y la parte superior del mueble forma una mesa adosada a la pared.”

“… la habitación es muy espaciosa,  con cinco mesas y dos sillas que no son más que islotes.”


“… cinco mesas: una para el trabajo que se realiza en un momento dado; otra, contigua  a la anterior para los libros de consulta que se utilicen; otra, muy amplia, para manuscritos y pruebas que esperan su turno; otra debe permanecer vacía para cualquier eventualidad; y la quinta es la mesa cartográfica, que cruje bajo un manto de mapas y cartas a gran escala…, estos son, de todo el material impreso, el más adecuado para estimular y complacer la imaginación.”


“… la silla en que uno se sienta a trabajar debe ser muy baja y cómoda.”


“… todo el desván de la casa forma, de parte a parte, un solo aposento; aquí se han instalado mesas sobre las que se pueden moldear territorios imaginarios o reales en masilla o argamasa con excelentes utensilios y pigmentos, un banco de carpintero y un rincón disponible para la fotografía.”


“… la pequeña habitación para las veladas invernales: en tonos cálidos y fuertes,… una chimenea, los asientos y sofás profundos y acogedores; una mesa para los libros del año; y tres estantes llenos de esos libros eternos que nunca envejecen: Shakespeare, Molière, Montaigne, Lamb, Stern,… Las mil y una noches, el Conde de Montecristo.”


“… los dormitorios grandes, aireados, sin muebles, con suelos de madera barnizados.”



 

Fragmentos de LA CASA IDEAL 1884

Por ROBERT LOUIS STEVENSON


(1)La casa ideal y otros textos. Robert Louis Stevenson 1884. Traducción de Santiago R. Santerbás, María Condor y Antonio Iriarte Jurado. Ediciones Hiperión. Madrid 1998.




8 Howard Place, Edinbugh. Casa en donde nació R. L. Stevenson 1850
Mont Vernon, Hampstead, London, Abernethy House
Saranac Lake. NY. 1887


Monterey. California

Monterey. California

En el Equator, rumbo a la Polinesia. Maleta de Stevenson

Islas Sandwich

Casa de Stevenson en Vailima. Samoa. Foto John Davis 1889
Casa de Stevenson en Vailima. Samoa. Foto John Davis 1889

Casa de Stevenson en Vailima. Samoa. Foto John Davis 1889

La familia Stevenson en Vailima junto al personal de servicio

Casa del Parlamento. República de Mariki. Gilbert Islands.
Foto John Davis con Robert Louis Stevenson. 1889.

Mont Vaea. 1889

Robert Louis Stevenson

 
Tumba de R. L. Stevenson en la cima del Mont Vaea. 1894

Dibujo de Robert Louis Stevenson que ilustra "La Isla del Tesoro" 1880


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